Año 2017, lo que nos lleva a un inevitable siglo XXI. Estamos ante una era gobernada por las redes sociales, ¿quién somos sin ellas? Nadie. Y, ojo que es algo increíble, gracias a ellas somos capaces de gestionar nuestra propia existencia hacia los demás, somos los amos y señores de nuestros momentos, de nuestras alegrías y de nuestra felicidad. Esta autogestión de uno mismo nos convierte en personas más libres, capaces ser quien queramos ser sin ser cuestionados por una sociedad hambrienta de likes, de filtros y de hashtags imposibles. ¿De verdad es así? Lo de hambrientos sí, no me cabe ni la menor duda, esta servidora siempre tiene hambre de Instagram. La cuestión es, ¿somos libres? creo que no y tenemos todos los ingredientes para serlo al 100%.
Lo digo y, cuando lo hago me cabreo porque la moda es arte y el arte significa libertad, una forma de expresión que sobrepasa fronteras y creencias. ¿Entonces? ¿Por qué no lo somos? Creo que tengo la dura respuesta. No lo somos porque estamos encerrados bajo llave sobre un sistema prejuzgado, miedoso y temeroso por cometer alguna “ordinariez” y tendremos que encontrar la llave antes de que se la coma algún tiburón en el fondo del mar.
Es el momento de tocar un tema complicado y es que la libertad en la moda viene ligada a la libertad de la mujer, están pegadas con chicle y, a esas si que no las separa ni Dios.
En serio, la transgresión en la moda hace que podamos reinventarnos y conseguir prendas imposibles, ¿quién nos iba a decir que volveríamos a ponernos campana? ¿Y enseñar la barriga? ¿Por qué no?
Y es ahí cuando tenemos una lucha interior, podemos llevar campanas, pitillos, un corsé, un vestido con estampados imposibles, y un millón de etcéteras más, nuestro problema viene cuando alguien lleva un corsé y ya está, un vestido imposible muy corto o enseña demasiado el ombligo. Amigas, no hay ningún problema, ese es el verdadero arte, que seamos capaces de observar y alabar cada forma de expresión venida de la moda. Que seamos capaces de respetar y ver más allá.
Debemos de ser capaces de ver a una mujer desnuda en su cuenta de Instagram y darle un aplauso por su valentía, porque si sale desnuda, ¿sabes qué significa? que se quiere tal y como es.
Vamos a creer en la libertad de verdad y dejemos que la moda haga su maravilloso trabajo.
Enseñemos las tetas, el culo y llevemos una falda tan corta como el cinturón que tienes en el primer cajón del armario, seamos del tipo de personas que cambia las normas sociales establecidas, de esas que no juzgan, de esas locas por la moda, por lo nuevo cada temporada y de esas que se atreven con lo que de verdad quieren.
Y es que es la libertad.
Tan subjetiva, tan bonita, tan libre.
Tan a su manera, es arte, somos nosotras.
Solas o acompañadas, vestidas o sin ropa.
Cógela y vuela. Es solo para nosotras.
Gracias a And por hacerme mejor escritora, pero sobretodo, por hacerme una escritora más libre.
